EL EXTERMINIO SELECTIVO DE OPOSITORES: UNA
POLITICA DE ESTADO
Por: Lcdo. Sergio Ramos
La súbita muerte del destacado opositor
Oswaldo Paya Sardiñas, premio Sajarov y líder del Proyecto Varela, impactó a la
oposición y al exilio. Los medios oficialistas lo señalan como un “accidente
automovilístico” ocurrido en una carretera cerca de Bayamo. En el mismo
incidente murió el opositor Harold Cepero y resultaron heridos el español Ángel
Carromero Barrios dirigente de las juventudes Partido Popular de España y el
sueco Aron Modig dirigente de las juventudes Demócratas Cristianas de Suecia.
La hija de Paya, Rosa M. Paya, informó que otro vehiculo de
motor había estado impactando al auto donde viajaba su padre hasta provocar el
accidente. Luego el régimen publica una corta nota en el oficialista Granma y
varios medios gubernamentales publican una foto del supuesto vehiculo accidentado en el que viajaba Paya. El
velorio y el entierro del dirigente opositor estuvo cargado de tensión, y en
donde la policía arrestó varios opositores en los alrededores del velatorio de
Paya Sardinas. Las causas del accidente no son claras y las circunstancias
apuntan a la alta posibilidad de que fue un asesinato por parte de la
dictadura.
Es sumamente lamentable y una perdida
irreparable para la lucha libertaria, la muerte de Osvaldo Paya Sardiñas. Pero
más preocupante aun es la secuela de muertes extrañas de opositores, algunas
aun no esclarecidas, ocurridas desde
hace un tiempo a la fecha.
El 23 de febrero de 2010 es asesinado el preso
político Orlando Zapata Tamayo en medio de una huelga de hambre al quietársele
el agua.
El 14 de Octubre de 2011 fallece en el
Hospital Calixto García de La Habana la opositora y líder de las Damas de
Blanco, Laura Pollan. El régimen alega que fue de una enfermedad pulmonar y
cardiaca, pero días antes durante un acto de repudio le fue inyectada una
sustancia desconocida por participantes de las turbas castristas. Otras
opositoras también denunciaron haber sido inyectadas con sustancias
desconocidas y algunas tuvieron que ser atendidas en hospitales, aunque sin
desenlace fatal.
El 19 de febrero de 2012 muere el preso
político Wilmar Villar Mendoza tras haber recibido maltratos de sus carceleros
durante una huelga de hambre.
EL 8 de mayo de 2012 es asesinado en Santa
Clara el opositor Juan Wilfredo Soto García tras haber recibido una paliza por
la policía en le parque de esa ciudad.
No es nuevo el linchamiento de dirigentes,
de opositores destacados o de personalidades del régimen que estorban o representan
un potencial peligro para el dictador. Recordemos que en octubre de 1959
desapareció misteriosamente el comandante Camilo Cienfuegos tras haber
intercedido por el comandante Huber Matos a raíz de una protesta que este
último realizaba contra la penetración comunista en la revolución. Alegaron que
el avión se había estrellado, pero la nave nunca apareció.
En 1968 fue asesinado en las calles de San
Juan, Puerto Rico el ex comandante de la revolución Aldo Vera donde intervino
el coronel Tony de La Guardia , años mas tarde fusilado junto a General Arnaldo
Ochoa.
El 25 de mayo de 1972 el preso político
Pedro Luís Boitel fue asesinado en prisión durante una huelga de hambre.
El 13 de julio de 1989 fue fusilado el
general Arnaldo Ochoa y varios allegados a través de un proceso judicial
completamente amañado y sin ninguna garantía procesal. Le imputaban cargos por
trafico de droga, pero se sabía que Ochoa apoyaba la Perestroika y el Glasnot
impulsada por le premier soviético Mihail Gorbachov a lo cual Castro se oponía.
El fusilamiento ha sido el medio más común
usado por la tiranía para deshacerse de sus enemigos. Miles de cubanos han sido asesinados en el paredón, pero no es la
única forma que usa la dictadura para eliminar opositores.
Es una constante que cuando el régimen
utiliza otros medios distintos al paredón para
asesinar a un opositor, siempre usa la excusa de enfermedad o de un
accidente y presenta pruebas fabricadas para esconder el crimen. Así paso con
el remolcador ‘13 de Marzo’, donde la dictadura alegó que esa embarcación hacia
mucha agua por su casco, sin embargo, luego se probó que la misma estaba
acababa de repararse una semanas antes.
Cuando mataron a José William Soto dijeron
que no fue de la paliza la causa de su muerte, sino de una pancreatitis. Cuando
asesinaron al Manuel (Barbarroja) Piñeiro, dijeron que fue un accidente de
auto. Para justificar la muerte en la cárcel al general José Abrahantes,
alegaron que fue de un infarto cardiaco, y así sucesivamente. Siempre inventan
un pretexto exculpatorio. ¿Por qué el caso de Paya Sardinas tiene que ser la
excepción? Las causas de esta muerte están muy oscuras.
La lista de eliminados es muy larga y el
espacio nos traiciona, baste con los casos antes reseñados que nos demuestran y evidencian que el asesinato de
contrincantes y opositores que representan un peligro o una gran molestia para
la dictadura, es una política de estado en la Cuba castrista desde sus primeros
comienzos de la dictadura en 1959. Esta
política de exterminio selectivo de
opositores y contrincantes potencialmente peligrosos a veces alcanza allende
los mares como lo fue el caso de Aldo Vera baleado en Puerto Rico.
Esta sanguinaria
política de estado esta basada en la
sucia filosofía leninista de que “el fin justifica los medios” y es
prueba del claro menosprecio por la vida de los seres humanos que tiene la
dictadura castrista.
Es necesario la
mas enérgica condena contra este criminal ‘ modus operandi’ de la tiranía que
atenta de modo flagrante al derecho humano a la vida. Además, hay que exigir
una investigación de la muerte de Oswaldo Paya Sardiñas y de las otras muertes
no esclarecidas, que debe ser realizada por organismos internacionales
imparciales.