Sunday, June 3, 2012

SIN CAMBIO POLITICO, NO HAY CAMBIO




SIN CAMBIO POLITICO, NO HAY CAMBIO.

Por: Lcdo. Sergio Ramos.

Los altos jerarcas del régimen hicieron tajantes declaraciones durante la visita papal expresando que “no habrán cambios políticos” en Cuba.

Sin embargo, la dictadura esta tratando de venderle al mundo que Cuba esta cambiando. Proyecta sus nuevos derroteros a base de la liberalización del cuenta-propismo. Lo hace a través de una intensa campaña propagandística y diplomática a nivel internacional, y a través de un coqueteo con sectores adinerados no conflictivos del exilio cubano.   El propósito es la atracción de capital en el marco de una improductiva economía quebrada, y ante la posibilidad de ocurra una debacle en Venezuela, su principal subsidiador, ocasionada por la enfermedad mortal que padece Hugo Chávez en medio de las elecciones presidenciales.

La dictadura, como hemos señalado en otras oportunidades, busca un tímido cambio de modelo económico hacia el prototipo vietnamita. Pero sin ningún cambio político, por eso le han llamado “actualización del modelo cubano”  y a su vez, pretende vender dichas “actualizaciones de su modelo” como si ello fuera un gran cambio en la isla.

En el plano internacional, como parte de la estrategia de promoción, la dictadura utiliza a sus aliados latinoamericanos, los cuales presionan a los Estados Unidos para que normalice las relaciones con el régimen de La Habana, al tiempo que la alta jerarquía de la Iglesia Católica avala al castrismo con la visita papal y el alineamiento del cardenal cubano a los dictámenes del gobierno.

No es de dudar que si la actual administración Obama logra prevalecer en las elecciones de noviembre, se produzca un viraje en las relaciones diplomáticas de los Estados Unidos para con Cuba. En la VI Cumbre de Las Américas en Cartagena, Colombia, el presidente Obama se comprometió a “estudiar’ el asunto, lo cual ha de entenderse como una lógica posposición decisionaria ante la incertidumbre electoral.

Simultáneamente, la dictadura ha desarrollado una gran escalada represiva contra los opositores, alcanzándose cifras record en las detenciones, en lo que a todas luces es un intento por aplastar todo indicio de oposición en la población. Este es un mensaje claro para el pueblo cautivo de que no habrá alteración alguna en el sistema político y sus regentes.

Paralelamente, la Iglesia  Católica realiza reuniones en Cuba con los sectores “moderados” del exilio en La Habana, mientras que la dictadura hace lo propio con otros cubanos de similar corte en Estados Unidos. Indiscutiblemente el régimen aspira a atraer el pujante capital del exilio, o al menos de algunos capitales cubanos en manos de elementos capaces de acatar sumisamente sus reglas a cambio de jugosos réditos monetarios compartidos.

Este acatamiento equivale a la sumisión con la dictadura, declinando las aspiraciones al cambio político, en aras de percibir ganancias monetarias.

Algunos de los involucrados en el convite pudieran de modo muy ‘naive’, pensar que si logran un cambio económico, esto pudiera a la larga favorecer el cambio político. ¡Menuda ingenuidad de ingenuidades!. Nada de eso ha ocurrido ni en China, ni en Viet Nam. Ambos gobiernos son contumaces violadores de los derechos humanos de sus respectivos pueblos, pues la mutación del marxismo leninismo al fascismo solapado con la continuación de la retórica marxista, no conlleva un adelanto en las libertades ciudadanas. En China hemos visto recientemente el caso del preso de conciencia y Premio Nóbel Li Bao y del opositor ciego Cheng Guang Cheng. Esta claro que ninguno de esos regimenes han abierto sus respectivos países a la participación democrática y pluralista de sus ciudadanos en sus gobiernos, sino por el contrario, la mutación ha entronizado a las mismas oligarquías gobernantes.

En el caso de Cuba, acatar las pautas de la dictadura, es ayudar a apuntalarla. Porque  tendría el mismo efecto que en China y Viet Nam: Perpetuar a la misma claque opresora en el poder. Estos  mal llamados “cambios” no resuelven los problemas de fondo del país, pues sostienen en el poder a los mismos despostas de siempre y sus descendientes y mantienen actual el estado totalitario y represivo, ausente de los derechos humanos, donde los trabajadores serian entonces explotados por el consorcio inversionista-estado.

Para que en Cuba se produzca un cambio real, se necesita empezar por un profundo, radical y total cambio político., cuyo primer requisito es la plena salida del poder de la oligarquía gobernante, que debe ser sustituida por un gobierno provisional comprometido con el cambio democratizante requerido.

En primer termino debe ponerse en vigor de ley la todos los derechos humanos  contenidos en la Carta de Derechos de las Naciones Unidas. Tras esto, hay que enmendar las leyes,  en todo aquello que represente discrimen, represión, o disposición violatoria de los derechos humanos y habrá que crearse un cuerpo autónomo electoral que garantice unas elecciones verdaderamente libres y honestas.

Este cambio debe empezar por lo político, con medidas que ciertamente enfilen un nuevo derrotero para el país, de modo que establezca un  Estado de Derecho que garantice las libertades ciudadanas y los derechos humanos en el marco de la inclusión, participación igualdad, respeto y tolerancia para todos los cubanos estén dentro o fuera del país. Es importante que el control del cambio real, este en manos del pueblo cubano en general, con la participación de todas las vertientes del pensamiento cubano, sean mayorías o minorías. Hay que evitar que o los mismos opresores o intereses foráneos o terceros países controlen para sus conveniencias el cambio, a fin de evitar que se malogre el sagrado propósito libertario.

El orden legal debe ser sustancialmente transformado, empezando por la promulgación de una nueva constitución de bases democráticas, que sea redactada por representantes libremente electos por el pueblo y la cual sea refrendada en un plebiscito por todos los nacionales cubanos. Sancionada la constitución por el pueblo, habrá de procederse a efectuar elecciones libres en el marco del pluripartidismo para todos los cargos electivos del país.

Los cuerpos represivos (Seguridad del Estado, Contra Inteligencia, etc.) deben ser inmediata y totalmente desmantelados. Una policía civil debe sustituir a los cuerpos militares. El país debe desmilitarizarse, para crear una sociedad civil fuerte.

Todos los presos políticos y de conciencia y aquellos presos por delitos comunes cuyos cargos les fueran fabricados por el estado, o aquellos con delitos catalogados como comunes para encubrir el propósito político, deben ser puesto en libertad con carácter inmediato.

Cuba debe en primer término, estar abierta a todos los nacionales cubanos, por eso han de abolirse las restricciones de viaje de modo que exista la libre entrada y salida del país para todos los nacionales cubanos sin restricciones, ni necesidad de permisos para ello.

Los medios de prensa y comunicación masiva han de pasar a manos privadas, eliminando el monopolio del estado, o del partido Comunista sobre estos, para garantizar el libre flujo de información y opinión en el país.

Proclamar la libertad de empresa y de contratación, apartando al estado del control económico del país, y abolir los impuestos de usura con que el régimen pretende asfixiar al incipiente comerciante (cuenta-propista). 

Lo expresado es, a modo sucinto, lo fundamental para encausar un verdadero cambio político.  Otras medidas democratizadoras habrán de ser tomadas. Pero la realidad es que sin los cambios políticos profundos que el país demanda urgentemente, no hay cambio, sino solo ficción.


  


MARIELA LA MENTIROSA




MARIELA, LA MENTIROSA.

Por: Lcdo. Sergio Ramos.

Mariela Castro Espín ha visitado los Estados Unidos y lo ha recorrido de costa a costa, entrevistándose, reuniéndose con todo aquel que quiso y accesando a los medios de comunicación y prensa libremente. Habló en foros públicos, insultando al exilio cubano y difundiendo acomodaticias versiones distorsionadas de eso que llaman la Revolución Cubana.

Vino para esparcir la propaganda del régimen respecto a la liberalización y la supuesta tolerancia del gobierno cubano para con los homosexuales.  Para ello tuvo que “explicar”  la conducta de la tiranía para con los estos durante la década de los sesenta y setenta cuando la dictadura hacia recogidas de sacerdotes y religiosos, de homosexuales y personas desafectas para llevarlos a trabajar forzada y gratuitamente  en la agricultura, siendo internados y concentrados en campamentos bajo vigilancia militar en las peores condiciones de higiene y trabajo. Las llamaron Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP).  Nos recuerda ese método de reclutamiento y uso de mano de obra gratis al empleado por los Nazis en sus tristemente famosos campos de concentración y a los utilizados por el dictador Joseph Stalin en la URSS y que dio lugar a la laureada novela  el ‘Archipiélago de Gulag’ de Alexander Solzhenitsyn.  Esa mano de obra gratuita a fuerza de látigo se llama esclavitud y no tiene ninguna diferencia con la usada por los colonizadores con los negros esclavos que trajeron a América. Pero Mariela dice que fue una medida de” trabajo voluntario” en un momento de crisis en Cuba. 

Por años ser homosexual en Cuba, salvo contados protegidos de Fidel Castro en las altas esferas, implicaba cárcel, vejación y discrimen. Solo ahora, luego que en el mundo empezó a esparcirse la corriente de  igualdad de género, el régimen cubano, hipócritamente desea aprovecharse para atraer la braza a su sartén y su portavoz es la hija del tirano sucesor. Pero de aquellos atropellos y violaciones de derechos humanos, Mariela calla, peor, miente.

La otra irreverencia a la verdad de Mariela Castro es decir  que le gustaría que  el parlamento cubano fuera “mas democrático”, como si allí, en ese monolítico foro, pudiéramos hablar de democracia. Para empezar, ella sabe, que en Cuba por virtud del Artículo 5 de la impuesta Constitución Socialista solo hay un partido, el Comunista, y esa es la verdadera autoridad suprema en el país por disposición constitucional. Ella sabe que  en la Asamblea Nacional del Poder Popular solo hay representación de ese solo partido. Los demás están excluidos. Pero para que exista democracia, tiene que haber pluralidad representativa social y política, y además, libertad de expresión y de ejercicio al voto en nombre de los representados. Sino, lejos de ser un parlamento, es un mal simulado acto teatral orquestado para guardar apariencias. Para resolver ese problema en Cuba, no es dar alguna representación, sino es que tiene que cambiarse el sistema político radicalmente, para que entonces haya una democracia real. La realidad es que no hay ninguna democracia en el país. En fin, que en el caso de Mariela Castro el descaro de mentir parece ser una herencia genética.

Finalmente, se despotrica contra el exilio llamándolo “Mafia”. Cuando la despectiva palabrita, parece que le cae como anillo al dedo aquel refrán castellano de que “ladrón juzga por su condición”. Ella sabe, que su tío, el tirano mayor,  que se robo al país para hacerlo su finquita privada, empezó sus oficios” revolucionarios “haciendo actividades gasteriles en la Universidad de la Habana, con el saldo de varios de sus adversarios asesinados por él a punta de pistola. Y luego, cuando tomo el poder, se rodeó de un séquito de incondicionales que van desde intelectuales de la cultura como Abel Prieto, hasta matones y asesinos como Ramiro Valdés.  Pero todos, serviles miembros de esa ganga de ciega fidelidad al Padrino (The Godfather)  Fidel Castro Ruz. Y si lo que ha creado desde los inicio de eso que llaman “Revolución” no es una Mafia politizada, venga Dios y vea. Al Capone no lo hubiera hecho mejor. Pero Mariela proyecta su condición, porque ella es parte de esa criminal Mafia Castrista.

Sin embargo, mas allá de las mentiras y los insultos de Mariela, lo que nos debe preocupar del viajecito de Mariela Castro  por Estados Unidos, no son sus mentiras, sino la unilateralidad del beneficio de la política del intercambio cultural con Cuba del presidente Barak Obama, quien fue apoyado expresamente por Mariela Castro haciendo un llamado a votar por él.

Resulta que los artistas, intelectuales, activistas de derechos humanos y opositores cubanos que tienen posturas verticales contra la tiranía castrista, no pueden hacer en Cuba lo que ella hizo en los Estados Unidos. No pueden ni pisar tierra cubana. Y esto es un discrimen contra el exilio cubano. ¿Porque razón  no se le permite, digamos, ahora que va la Flotilla a protestar por la falta de libertad de Internet en Cuba, que Ramón Saúl Sánchez entre en Cuba, y sin restricciones de conferencias en universidades, se reúna con los opositores que desee, haga declaraciones libremente y sin censuras en  la Radio y la televisión, como las hizo Mariela aquí ?. 

Esta política aplicada con severa unilateralidad solo ayuda a la tiranía castrista, anti-americana y anti-democrática, a difundir su cizaña, forjar la desestabilización y hacer proselitismo en territorio de Estados Unidos. Mientras, el mensaje para que Cuba sea democrática  no tiene acceso al país. Y aquí se denota la absurda y desequilibrada política que para con Cuba tiene Washington, o  ¿será que esta administración gusta de cargar los dados a favor de Castro?

Y mientras esto  no cambie, seguirán viniendo los hijitos de papa  ha decir mentiras, mientras en Cuba a las verdades del exilio y la oposición interna se les silencia.